viernes, 10 de julio de 2009

“Competencia lectora y escrita, empatía y comunicación, más de 6400 horas de formación, más de 1500 horas de estudios pedagógicos, prácticas en..."

El encabezamiento anterior, a modo de título, es un resumen de una de las claves del éxito del sistema educativo finlandés. Se refiere al nivel de exigencia y de preparación de los docentes finlandeses. El artículo que, hace una aproximación sobre estas claves del éxito en Finlandia, se encuentra publicado en la revista nº 381 julio-agosto de 2008 “Cuadernos de Pedagogía”, también lo subiremos  a la web del Colegio dentro de la revista digital de este curso, junto con el comentario que tenéis a continuación.

Nos permitimos analizar esta publicación con la intención de reflexionar sobre el grado de preocupación que deberíamos tener cuando leemos sobre estos temas y pensamos que lo que está en juego en todo esto es el futuro de nuestros alumnos, vuestros hijos.

Es cierto que en no pocos Proyectos Educativos de Centro y, por supuesto, en todas las reformas de nuestro sistema educativo  sus principios básicos  están basados en la defensa de los derechos humanos, en principios de equidad y de igualdad, en la defensa del desarrollo sostenible, la búsqueda de la eficiencia y el logro de competencias en los alumnos, la importancia de la enseñanza de la lengua y de las matemáticas...

Estos principios son exactamente los mismos que defiende y apoya el sistema finlandés, lo que ocurre es que allí estos principios e intereses coinciden exactamente con los principios e intereses de la totalidad de la sociedad finlandesa y con sus prácticas ciudadanas. Sus leyes educativas son estables porque han sido aprobadas por grandes mayorías. Esto hace que el sistema educativo finlandés encaje con los valores prioritarios sociológicos de los finlandeses. Estos valores se pueden resumir diciendo que aspiran a ser líderes mundiales en el desarrollo de una sociedad del conocimiento, sin renunciar a una sociedad del bienestar, con una muy alta equidad social.

La adquisición de una alta competencia lectora es el principal objetivo en el que se basa el sistema educativo finlandés, y para conseguirlo se tienen que cumplimentar las actuaciones de la familia, las estructuras socioculturales de apoyo educativo y la escuela. Si cada una de ellas en su función específica rompe la cadena por la que los alumnos pasan cada día de uno a otro se rompe el proceso de construcción del conocimiento.

La familia. La familia finlandesa se considera la primera responsable de la educación de sus hijos. Los padres finlandeses son ávidos lectores y acuden con sus hijos a la biblioteca, a las ferias de libros y a establecimientos especializados a comprar libros, periódicos, revistas... Existen mecanismos del Estado que hacen compatible la vida familiar y la laboral.

Las instituciones socioculturales de apoyo educativo. En Finlandia las bibliotecas y establecimientos de apoyo cultural son abundantes y buenos y están dirigidos por personal culto y competente. La iglesia luterana fomenta la lectura de la Biblia y el valor y responsabilidad sobre la vida. El cine y la televisión emiten las películas en versión original, hay que aprender a leer rápido para entender el argumento, esto fomenta el interés por aprender a leer y el aprendizaje de lenguas extranjeras.

La escuela. En los últimos 30 años en Finlandia se ha aumentado la inversión en educación, pero no es éste el único motivo de sus mejoras educativas, y por supuesto no el principal. En la escuela finlandesa la disciplina es alta y se potencia el esfuerzo. No hay casi repeticiones. La metodología dominante es constructivista. La ratio profesor alumno es baja. Los alumnos con dificultades educativas tienen desde primero de primaria apoyo continuado, generalmente dentro del aula. La organización del centro es muy flexible. Los libros y material escolar son gratuitos. Hay departamento de orientación en todos los centros educativos con personal muy cualificado y equipos de apoyo muy eficientes fuera de los mismos. En clases con niños de NEE la ratio por clase es de 10 alumnos. En todos los centros hay una comida gratuita al día.

Pero lo que hace realmente eficaz y eficiente al sistema educativo finlandés es su extraordinario proceso de selección y de formación del profesorado de primaria y de secundaria. En este proceso hay nota de corte para los aspirantes a ser profesores, el expediente del candidato suele superar el 9 de media entre sus estudios de bachillerato y reválida. El mayor honor para un ciudadano finlandés es ser profesor, ya que es el profesorado, junto con la familia, la institución que ayuda a mantener su cultura y su nación. El profesor valora la excelente cualidad de los estudios de profesor como fuente de crecimiento personal. Una segunda selección se hace en las facultades de Educación y entre otros aspectos se evalúa la competencia lectora y escrita de los aspirantes y la  capacidad de empatía y de comunicación de los mismos. Se hacen cerca de 6400 horas de formación-estudio, para los profesores de secundaria, para los de primaria es de 8350 horas de formación-estudio. Se realiza una tesina obligatoria como proyecto final de investigación. Se realizan más de 800 horas de prácticas. El profesor de secundaria después de especializarse en su área realiza pruebas de acceso a la facultad de educación para realizar en ella 1500 horas de estudios pedagógicos para después realizar las prácticas pedagógicas. Los docentes son seleccionados por los directores de los centros. A los profesores más competentes se les sitúa en los primeros niveles educativos. Los profesores con mayores habilidades y estrategias realizan tareas de apoyo con los alumnos que más lo necesitan. Finlandia es el país con el sistema más exigente para la función docente. El Estado tiene poco peso en la educación, dirige el sistema pero no es el titular. Los máximos responsables del sistema educativo son el municipio y el propio centro. No existen ni han existido jamás inspectores de educación. El precio de una plaza escolar en un instituto es de  6.000 euros y la Administración paga lo mismo sea el centro público o concertado.

De esta exposición se deducen varias realidades:

·      Que el sistema educativo español dista bastante del finlandés.

·      Que la concienciación ciudadana de las familias españolas también se parece poco a la finlandesa.

·      Que el profesorado español, con la formación que actualmente se le ha exigido, junto a la baja consideración social que tiene de sí, unida a la baja estima social con la que cuenta, difícilmente puede dar respuesta por sí sólo a la gran labor a la que, por su profesión, está llamado a desempeñar: contribuir a la formación de la sociedad del conocimiento, sintiendo que es la pieza clave para conseguirlo.

·      Que los centros educativos, por la rigidez del sistema, gozan en España de poquísima autonomía para desarrollar proyectos que contribuyan a dar respuesta adecuada a las familias, a los alumnos, a la formación de sus equipos...

Y, como Comunidad Educativa, ¿podemos hacer algo? Sinceramente, creemos que sí.

Al sistema educativo sólo se le va a poder mejorar o cambiar desde una mejor conciencia ciudadana de los españoles. Aunque seamos una gota de agua en el océano, debemos formar ciudadanos de este calibre en nuestro centro.

Con respecto a la actitud de la familia, en relación a la educación de sus hijos, ahí sí que se puede mejorar siguiendo algunas de la pautas de los finlandeses,  pongámonos manos a la obra comenzando, por ejemplo, por revalorizar la labor docente; profundizar en el Proyecto Educativo del Centro de sus hijos; velar  porque se eduque en valores ciudadanos que defiendan la sociedad del bienestar, al tiempo que la equidad social entre sus miembros y la colaboración de los mismos en la construcción del  conocimiento; amemos nuestra lengua leyendo, en presencia de nuestros hijos, cada día más...

Los padres de los alumnos del Colegio Antonio de Nebrija tienen matriculados a sus hijos en un Centro que, desde sus señas de identidad hasta su práctica docente, se trabaja en tres vertientes muy importantes que coinciden con todo lo expresado anteriormente:

a) Tanto sus bases metodológicas como pedagógicas se encuentran dentro del paradigma constructivista.

b) Su principal objetivo es la formación de ciudadanos seguros de sí mismos, con espíritu crítico y con la conciencia clara de que están llamados a ser parte activa en la construcción de la sociedad del conocimiento.

c) El principal objetivo de los directivos del Colegio es la formación del equipo docente, para que aprenda a descubrirse a sí mismo, desde la práctica, la investigación y la formación permanente.

Ésta es la única forma de tomar conciencia de lo importantes que son en su contribución a la sociedad del bienestar, de la equidad y del conocimiento; sociedad que sólo es posible construir a partir de un buen sistema educativo y de una buena práctica docente.

Un buen sistema educativo sin buenos docentes jamás prosperaría; unos buenos y vocacionales docentes siempre mejoran el sistema educativo y fuerzan la situación para que éste mejore.

Este ha sido, es y será uno de nuestros retos. Reto que, si compartimos todos los miembros de la Comunidad Educativa, multiplicará los resultados en sus hijos y por ende  en la mejora del  futuro de nuestro país.

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